Valencia, 17 de febrero de 2021.- Raquel Barba
En el cine, en la literatura, y ahora mucho más con el auge de las series, las historias de crímenes, ya sean ficticias o basadas en hechos reales, han estado siempre presentes en la producción cultural. Pero ¿qué hay detrás de esas historias?
De ello ha hablado Vicente Garrido, catedrático de psicología y criminólogo valenciano Vicente Garrido en los micrófonos de A Buenas Horas, de la 107.1 Radio Intereconomía Valencia. Vicente es además autor del libro True Crime: La fascinación del mal, en el que recoge un análisis de la trastienda de este género literario y audiovisual.
“No hay nada más humano que interesarse por que han matado a un vecino dos plantas más abajo”, asegura Garrido, una afirmación que resume la esencia de su libro. “Todo esto tiene una enorme importancia porque de ello depende nuestra seguridad y nuestro modelo de convivencia”.
Según el autor, el true crime, un género artístico que fusiona la ficción con los hechos reales, “es una importante fuente de información. Por fortuna en las sociedades occidentales no vivimos la experiencia de la muerte o del delito violento, por lo que este género es un aprendizaje que ayuda a identificar esas situaciones de riesgo”.
Este libro, cuenta, es el producto de dos de sus intereses: por un lado la cultura audiovisual y por otro la criminología. “En el libro trato de explicar muchas de las cosas que vemos en series, películas y novelas, y que normalmente el producto no explica, atendiendo a la investigación criminológica”, aclara.
Para Vicente Garrido, “Truman Capote marcó el movimiento artístico del true crime, que siembre existió en el formato periodístico y que a partir de él nació como género literario”, porque, explica, “se sumergía en el caso, hablaba con todo el mundo y tenía acceso a los asesinos, algunos de los cuales se confesaron a él, trató el crimen también desde el punto de vista más criminológico y cultural”.
El autor de A sangre fría es uno de los productos culturales que aparecen de telón de fondo en True crime: La fascinación del mal, junto a Laetitia o el fin de los hombres, y la película Zodiac.
Preguntado por crímenes más recientes sucedidos tanto de España como de fuera, y la forma en que recordamos los nombres de los implicados en estas historias, Vicente Garrido aclaraba: “Depende mucho del trato mediático que se le de al asunto. Si las víctimas no son objeto de un gran seguimiento y no puedes identificarte con ellas, entonces no las recuerdas o simplemente prestarán más atención al asesino si ha sido especialmente violento o reincidente”. Tomando como ejemplo el caso de Diana Quer, la joven asesinada por El Chicle, lo define así: “El caso de El Chicle lo recordamos porque es un asesino al que costó mucho identificar y que intentó matar una segunda vez. Está relacionado con Diana Quer, que recibió mucho seguimiento y por eso en este caso les recordamos tanto a uno como a otro”, aunque, remarca, “en un futuro terminaremos acordándonos más de Diana porque todos nos hemos podido identificar con ella; podría ser la hija de cualquiera”.