El calibre de la tragedia acaecida en el Medusa Festival de Cullera obliga a pedir responsabilidades y aclarar el transcurso de los hechos. La primera organización en hacerlo fue la Guardia Civil, la cual a primera hora de la mañana ya empezó a revisar el montaje de las estructuras de todo el reciento para ratificar que cumplían con las medidas de seguridad.
Como ya avanzamos ayer en este diario, la Guardia Civil avisó de que habían previsiones de altas temperaturas y fuertes rachas de viento que resultaban peligrosas especialmente en zonas de campo a través, justo el terreno amplio y diáfano sobre el que se asienta el festival. Pues bien, ni la Generalitat ni AEMET vieron peligrosidad en la celebración del Medusa.
Si bien es cierto que el reventón térmico es un fenómeno fortuito y, por tanto, imprevisible, las previsiones permitían auspiciar que había cierto peligro en una estructura de tanta altura y formada de tantas piezas como es el gran escenario principal del Medusa. Por ello, Emergencias sí trasladó la posible trascendencia del episodio a la dirección del festival, pero hicieron caso omiso.