Sanidad y las autonomías acuerdan reducir la cuarentena de los positivos por covid a siete días

La ministra también dio a conocer la decisión de la Comisión de Salud Pública con respecto a los aislamientos y a las cuarentenas. «Hoy se acordado por unanimidad, por todas las personas que forman parte de la Comisión de Salud Pública, reducir el periodo de aislamiento de las personas con una prueba de infección activa positiva a 7 días», explicó la ministra.

De esta forma, las personas positivas en COVID-19 deberán hacer un aislamiento de 7 días en vez de los actuales 10. Los contactos que requieren cuarentena (es decir aquellas personas no vacunadas que son contacto estrecho de un positivo) también rebajan su periodo de cuarentena a 7 días.

La ministra de Sanidad también insistió en que en estas fechas es importante la vacunación y la prevención. «Vacunar, vacunar y vacunar y prevenir, prevenir y prevenir siguen siendo nuestras máximas», insistió Darias quien reiteró la importancia de mantener las medidas no farmacológicas de como la distancia de seguridad, el buen uso de las mascarillas, la ventilación o el lavado de manos frecuente, entre otras.

Por último, Darias informó de la celebración, el próximo 4 de enero, de una reunión conjunta del Consejo Interterritorial del SNS con la Conferencia Sectorial de Educación y la Conferencia General de Política Universitaria.

«El modelo educativo de presencialidad en las aulas es un éxito. Las aulas son espacios seguros», destacó la ministra, recordando que, en nuestro país, «en los peores momentos hemos podido permitir el derecho a la educación presencial».

Estudio CIBERES-UCI-COVID

Por su parte, El director del ISCIII, Cristóbal Belda, explicó los resultados del estudio CIBERES-UCI-COVID, uno de los proyectos más destacados del Fondo COVID que, desde abril de 2020 ha financiado 129 investigaciones sobre SARS-CoV-2 y la COVID-19.

Este mes se concluye este trabajo tras haber estudiado entre 2020 y 2021 a más de 6.000 ingresados por COVID-19 en 69 Unidades de Cuidados Intensivos de hospitales españoles.

Esta investigación, coordinada desde el CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) del ISCIII, ha estudiado la relación entre la detección del SARS-CoV-2 en la sangre de los pacientes y la gravedad de la enfermedad. «Sus resultados señalan que tanto la presencia del virus, detectado mediante búsqueda de mRNA y antígenos en sangre, como la ausencia de anticuerpos frente al virus, son factores que permiten predecir la gravedad de la enfermedad.

Tener este conocimiento permite, junto a las características clínicas que acompañan a la COVID-19 (edad, otras enfermedades, etc.), «mejorar la capacidad para manejar y tratar la enfermedad en los pacientes graves», afirmó Belda.

CIBERES-UCI-COVID también ha aportado claves para tratar de personalizar las terapias contra la COVID-19, tanto con los tratamientos actualmente disponibles -corticoides, por ejemplo- como con opciones que en un futuro podrían ser útiles para tratar la enfermedad, como fármacos antivirales y anticuerpos monoclonales.

El Sistema Nacional de Salud dispone de la tecnología necesaria para identificar estos marcadores de gravedad y optimizar el mejor manejo de los pacientes, facilitando el inicio del tratamiento.

Otros resultados de este proyecto han permitido saber que, pasado un año del alta hospitalaria, han fallecido en torno al 1% de los pacientes con COVID-19 que habían estado en UCI. Además, la mortalidad de estos pacientes ingresados en cuidados intensivos se ha situado en un 31%.

El proyecto CIBERES-UCI-COVID está liderado por el jefe de grupo del CIBERES en el Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Torres, apoyado por el Dr. Ferrán Barbé, Director del CIBERES, así como por el Dr. Jesús Bermejo, del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca.

El proyecto forma parte de las investigaciones puestas en marcha a través del Fondo COVID-19 a lo largo del año 2020, gestionado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y recibió una financiación total de 1.750.000 euros. Ha contado, asimismo, con el apoyo de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, así como la participación del Barcelona Supercomputing Centre (BSC).