Valencia. 5 de agosto de 2021
La viceportavoz del ayuntamiento de Valencia, María José Ferrer San Segundo, ha criticado que a falta de cinco meses para terminar el año falta por ejecutar el 86’5% del presupuesto destinado a inversiones en el ayuntamiento de Valencia. “La parálisis de Ribó se demuestra con el grado ejecución de las inversiones previstas. En el mes de julio, de los 226’3 millones de euros que presupuestaron sólo se han gastado 30’6 millones de euros, quedando 195’7 millones de euros por invertir, una vergüenza para una ciudad como Valencia”.
“Estamos en una situación económica de crisis donde las inversiones de las administraciones públicas son fundamentales para generar actividad económica y empleo, pero en Valencia se hace justo lo contrario, no se invierte lo previsto, ni de lejos, y se pierden las oportunidades que ha de generar la actividad pública. Vamos de mal en peor cada año, a pesar de los graves efectos económicos y de empleo de la pandemia, exigen a Ribó y su equipo Compromís-PSPV, más diligencia, más celeridad, más acierto y más eficacia”, ha indicado Ferrer San Segundo.
En este sentido, ha explicado que “estas cifras nos dan la razón sobre que los barrios están abandonados y que no se realiza lo que se promete, mientras el dinero lo tiene congelado el Ayuntamiento. Pasan los años, y el porcentaje de la ejecución de la inversión, se reduce en la misma proporción que las ganas de trabajar de Ribó y su equipo”.
En 2020 en este mismo período se había ejecutado el 19’3% de la inversión pero es que en 2021 sólo se alcanza el 13’5%. “A este ritmo vamos a batir el récord de 2019 cuando se dejó el 60% del presupuesto de inversiones sin ejecutar”, ha puntualizado Ferrer San Segundo.
En cambio, el afán recaudatorio de Ribó no para, ya que lleva recaudado en impuestos y tasas 285’5 millones de euros, “así que menos tener paralizados los fondos de los valencianos en el banco y más destinarlos a ayudas a sectores que están en crisis, a rebajar alquileres sociales o a construir piscinas que no sean una ‘tomadura de pelo’ mayúscula como la minúscula de Benimámet. En definitiva, menos gobernar para los suyos o para la nada productiva, y más invertir pensando en los vecinos, comerciantes, autónomos, barrios y pedanías de Valencia”.