Valencia. Lunes 1 de marzo de 2021.- Andrea Mateu
“Tuve clarísimo que esta historia debía ser contada” ha apuntado Pepa Bueno en el programa ‘A Buenas Horas’ de Radio Intereconomía Valencia. La conocida periodista radiofónica ha venido a presentar su nuevo libro: Vidas Arrebatadas. Los huérfanos de ETA.
Este título no pertenece a una novela, sino que corresponde a la historia real de dos niños, Víctor Pino y José Mari Pino, de 11 y 13 años, que perdieron a sus padres y a su hermana pequeña en el brutal atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, el 11 de diciembre de 1987.
Pepa Bueno, nos confiesa que fue la directora de la Editorial Planeta quien le ofreció la oportunidad de hacer visible la historia de estas dos víctimas, “esta historia vino a mí”, ha asegurado la autora.
La periodista, aceptó la propuesta de contar, tal y como ha dicho ella, “la parte menos conocida de la víctimas de ETA, la tragedia íntima”, tras leer los conmovedores textos que había escrito el mayor de los hermanos como terapia psicológica y después de conocerlos personalmente, ya que como nos ha contado, “yo pedí conocerlos a ellos, antes de aceptar nada porque escribir de dos personas vivas es algo que exige mucho compromiso.”
“Tuve la suerte de que confiaran en mí” ha manifestado la periodista. Finalmente esta historia tan desgarradora salió a la luz, gracias al entendimiento, a la confianza, y la seguridad que depositaron los protagonistas sobre Pepa Bueno, “esta es mi historia y quiero que la cuentes” le dijeron.
Pepa es la narradora de la historia de dos niños que en tan solo un instante perdieron todo lo que necesitaban, el amor y el cariño de su familia. Perdieron su casa, sus recuerdos e incluso su ciudad, ya que finalmente los internaron en el orfanato de la Guardia Civil.
Es la historia de una vida muy profunda y de muchas pérdidas. Y a la periodista le importaba, tal y como nos ha revelado, “contar como la onda expansiva de los 250 kg de amonal llega hasta el presente, cuando José Mari se mete en la cama y sigue teniendo pesadillas”.
Como ha afirmado Pepa, “a ellos no le dieron explicaciones cuando ocurrió, no les dieron atención psicológica, han crecido solos, sin familia y no pudieron ir a juicio porque eran menores.” Este hecho ocasionó en ellos una herida difícil de sanar. Se encontraban perdidos e incomprendidos y no pudieron confesar en ese momento cómo se sentían. Sin embargo, aunque haya sido un proceso complicado han contado su historia, como ha manifestado Pepa, “llevan tanto tiempo tan solos que cuando hay alguien que les escucha abren su corazón y su cabeza”.
Con el paso del tiempo, Víctor y José Mari se metieron al cuerpo de la Guardia Civil pero por motivos muy diferentes. Por un lado, el primero lo hizo con tal de huir del orfanato, “encontrando en la escuela de guardias jóvenes la familia que siempre había buscado, sus amigos”. Por otro lado, Jose Mari, como nos ha explicado Pepa, “sí que tenía vocación, tenía idealizado a su padre”.
En el libro se cuenta cómo la familia que vivía en Talavera de la Reina, se desentendió totalmente de las dos víctimas. A pesar de esto, Pepa ha expresado que: “Yo no he querido ahondar mucho en ello, está en el libro porque es una herida tan grande para ellos que tenía que estar.” Y ha afirmado que realmente: “Aquí los que provocan la tragedia no son ellos, son los que ponen la bomba”.
Vidas arrebatadas se escribió durante los meses de confinamiento y a pesar de que al principio, Pepa dejó a un lado el proyecto, como nos ha dicho la autora, “pasé por un momento en el que dije ahora mismo solo puedo vivir el presente y apartar el libro”, tiempo después del impacto inicial de la pandemia, todas las víctimas le remitieron a las pérdidas causadas por el grupo ETA, volviendo a retomar el libro al final de la primavera, haciendo visible esta trágica, cruel y verdadera historia.