– El vicepresidente y la ministra de Igualdad mantienen una reunión de trabajo en la que también ha participado la consellera de Participación
– Las conclusiones de la jornada ‘Género y Vivienda’ han sido recogidas en una publicación y abogan por una arquitectura feminista y transformadora
El vicepresidente Rubén Martínez Dalmau, se ha reunido con la ministra de Igualdad, Irene Montero, para trasladarle las conclusiones de la jornada sobre ‘Género y Vivienda’, organizada por la Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática el pasado mes de febrero con el fin de compartir las políticas de vivienda e iniciativas innovadoras sobre género. Al encuentro también ha asistido la consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo.
La ministra ha puesto en valor el trabajo realizado por la Vicepresidencia Segunda de la Generalitat en materia de vivienda, “con una clara perspectiva feminista, poniendo el foco también en la emergencia habitacional que viven muchas mujeres víctimas de violencia de género”.
En este sentido, Irene Montero ha manifestado la necesidad de hablar también de “todas las políticas vanguardia que está llevando a cabo el Govern del Botànic, un ejemplo de gestión eficaz y para la gente”.
Martínez Dalmau, por su parte, ha explicado que las conclusiones, recogidas ahora en una publicación, reflejan una “cuestión tan poliédrica como es la relación entre la perspectiva de género y la vivienda”.
El vicepresidente ha subrayado que “el urbanismo feminista interpreta la ciudad, la arquitectura y la movilidad desde la cotidianidad y aborda el trazado urbano desde la proximidad y la función social de los espacios públicos mediante el fomento de los usos mixtos, los desplazamientos cortos y los espacios comunes”.
Asimismo, según Martínez Dalmau, “configura unas ciudades inclusivas que, desde una visión interseccional dan respuesta no solo a las demandas de las mujeres, sino también a problemas universales”.
A este respecto, ha insistido en que “el urbanismo feminista tiene que sustituir la visión patriarcal que configura, en gran medida, las ciudades contemporáneas para transformar, de forma poliédrica, tanto nuestras viviendas como el propio entramado urbano”. “Un enorme reto del que tienen que participar activamente todos los ámbitos de nuestra sociedad: instituciones públicas, entidades de la sociedad civil y sector privado y que cada vez suscita un mayor interés”.
Rosa Pérez Garijo ha destacado “la importancia de la participación de personas y grupos afectados por las políticas de vivienda, cuyas visiones complementan las de los expertos y de los gestores públicos”.
En este sentido, ha puesto en valor “la multiplicidad de voces que aparecen en el documento, un hecho que enriquece tanto el planteamiento de los debates como las conclusiones y que son imprescindibles para dar soluciones más humanas, justas y sostenibles a una cuestión básica para nuestra calidad de vida”.
“No se trata solo de la vivienda que habitamos, sino de los barrios y las ciudades que construimos o reconstruimos y que constituyen nuestro marco de socialización”, ha añadido.
Principales conclusiones
Las personas participantes en la jornada ‘Género y Vivienda’, celebrada el pasado mes de febrero, coincidieron en la necesidad de introducir la perspectiva de género en la regulación de la vivienda, como derecho humano y como espacio para la vida.
Otro de los aspectos destacados en la jornada es que la especial situación de vulnerabilidad económico-laboral de las mujeres tiene un impacto directo en sus posibilidades para acceder y mantener una vivienda digna, adecuada y asequible.
Corregir esta situación y atender especialmente las situaciones más complejas, como la que afecta a los hogares monomarentales o a las mujeres de mayor edad que viven solas, o a las mujeres que sufren la violencia de género, exige integrar esta perspectiva en la construcción de las garantías que permitan la plena eficacia del derecho a la vivienda.
En el plano de la vivienda como contenedor de la vida, las ponentes abogaron por una arquitectura transformadora, también en el ámbito de la vida privada, donde los espacios permitan que los cuidados se valoren y se corresponsabilicen. También en el espacio público, los entornos urbanos han de integrar también esta perspectiva, “necesaria para asumir igualmente la lucha colectiva contra la violencia de género”, según las ponentes.
Entre las conclusiones figura la relativa al hecho de hacer vivienda, bien porque se construya, se reforme o rehabilite, bien simplemente porque se viva, es un tipo de política. Esta asunción del carácter político de habitar está “en el centro del gran legado de la tradición feminista”, según se expuso en la jornada.
De hecho, “las mujeres han protagonizado las principales luchas por el derecho a la vivienda que hoy en día marcan el camino para que ese derecho sea una realidad, algo que no será posible si no integra la perspectiva de género”, reflejan las conclusiones.
Las ponentes que participaron -todas ellas expertas en la materia- tanto las académicas como las que desempeñan cargos públicos de distintas administraciones, coincidieron también en remarcar la importancia de las experiencias y prácticas de inclusión de esta perspectiva, poniendo como ejemplo en el ámbito europeo al Ayuntamiento de Barcelona y a la Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática.