Hoy, lunes 18 de octubre, la Cátedra de Empresa Familiar (CEFUV) promovida por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), la Escuela de Empresarios (EDEM), el Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (IVEFA), el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y la Universitat de València (UV), y que cuenta con el patrocinio de CaixaBank y Broseta, ha celebrado un nuevo desayuno–tertulia bajo el título de “La semilla de compromiso social y medioambiental en la Empresa Familiar”.
Alejandro Escribá, catedrático de la Universitat de València y director de la Cátedra de Empresa Familiar (CEFUV), ha introducido el desayuno destacando que uno de los beneficios más importantes que aportan las empresas familiares al bienestar socioeconómico de los países, es el de su arraigo al territorio y su compromiso con la sociedad que las ha visto nacer y crecer. Posteriormente, ha tenido lugar un coloquio con Mireia Server (CEO de Rolser) y Enrique Choví (Director General de Choví) en el que se podido ver la importancia de la capacidad de adaptación y anticipación para al final poder aportar valor a la sociedad en cuanto lo que respecta a la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Así como que la RSC ha de ser una responsabilidad de todos: trabajadores, clientes, proveedores, etc. deben estar alineados con los valores de la empresa.
Rolser es una empresa familiar, con más de 50 años de existencia, que apuesta por el desarrollo de políticas sostenibles que la hacen estar a la vanguardia en optimizar los recursos, la innovación constante, la creatividad y el diseño que son los pilares fundamentales que marcan la línea de trabajo. Mireia Server ha querido destacar que la motivación principal de Rolser con relación a su política de RSC se relaciona con el legado que dejaremos a las próximas generaciones, destacando que su ADN y orgullo de pertenencia se traslada de generación en generación. Contrastan cada iniciativa que se plantea desde su alineamiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y
consideran clave la involucración de todo el equipo humano de la organización, a los que consideran parte de la familia, y la implicación de los clientes y proveedores para lograr una mayor efectividad de las medidas.
Hace 70 años, los hermanos Choví empezaron con un pequeño negocio familiar, que hoy en día se ha convertido en una empresa referente de su sector. Su meta es llegar a ser una empresa 100% socialmente responsable. Enrique Choví ha puesto en valor que la RSC es parte central de la estrategia de la compañía y responde al legado que dejó su fundador Vicente Choví: “primero las personas”. Por ello, en base a esta premisa, en Choví la RSC gira en torno a la integración de los empleados en procesos de innovación respetando el medio ambiente, el compromiso con la sociedad ya que colaboran con diversas ONG’s y la implementación de la economía circular con la
utilización de envases más sostenibles siendo los primeros en la aplicación de tecnologías innovadoras en este aspecto, colaborando con empresas pioneras como Repsol y Berrys Superfos.
Durante el coloquio, los ponentes han abordado las motivaciones, los beneficios que reporta, los procesos y las estructuras de gestión implicadas en las acciones de RSC de las empresas.
En las conclusiones del desayuno, el director de la Cátedra, Alejandro Escribá ha destacado que la responsabilidad social y el compromiso social y medioambiental de las empresas familiares se ve facilitado por la idiosincrasia de este tipo de empresas, en las que el sentimiento de pertenencia e identidad de la empresa, la visión a largo plazo que implica a distintas generaciones, los valores y el arraigo al territorio forman parte de su esencia. La RSC tiene que ver con el modo en que se logran los beneficios, y no tanto con el modo en el que se reparten. Las empresas más implicadas lo hacen movidas por sus valores y por su compromiso con el legado que desean dejar a las próximas generaciones.
Este planteamiento tiene una influencia real en su entorno, y genera también un impacto reputacional muy importante para ellas. Asimismo, incrementa el sentido de pertenencia y la futura implicación de las futuras generaciones de la familia. Entre las buenas prácticas, se ha destacado la importancia de valorar y analizar las iniciativas que se plantean, así como medir el grado de alineación con los objetivos y valores de la empresa en materia de RSC, y los resultados alcanzados. Es importante, también, diseñar una estructura formal para ordenar y gestionar las actuaciones, dedicando recursos económicos y humanos a la consecución de los fines.