Por un escaño. El PP, con el apoyo de Vox, sumaría 50 parlamentarios en Les Corts si esta semana se celebraran las elecciones autonómicas, según la encuesta llevada a cabo por Demoscopia y Servicios para EsdiarioCV sobre la base de 1.800 entrevistas realizadas a mayores de 18 años residentes en la Comunidad Valenciana. El muestreo se ha desarrollado entre el 28 de septiembre y el 1 de octubre.
El Botànic perdería la Generalitat por un escaño. La clave no estaría en que Unides Podem desaparezca del parlamento autonómico, como hasta ahora temía el PSPV-PSOE de Ximo Puig y le llevó a anticipar, con éxito para sus intereses, los comicios de 2019. Tampoco se puede atribuir la caída a falta de tirón del president, ya que el Partido Socialista lograría hasta tres escaños más que en 2019 y sumaría uno a los 29 que le daba el barómetro de primavera.
No, el actual Consell cojearía por su segunda pata, la de Compromís, que experimenta un importante retroceso. La dimensión de la bajada resulta de la suficiente envergadura como para provocar un cataclismo electoral en el Botànic. El partido que lidera Mónica Oltra bajaría tres escaños respecto a las autonómicas de 2019.
Ese descenso resulta especialmente grave en el último trimestre. Si el barómetro de primavera le daba 16 escaños -uno menos de los que dispone en la actualidad- el de otoño, el actual, rebaja su representación hasta 14, lo justo para que con PSPV-PSOE y Unides Podem ya no sumen mayoría absoluta, ya que se quedarían en 49 representantes, uno menos que la suma PP-Vox.
Compromís pierde un representante por Alicante, que lo ganaría el partido de Ximo Puig, por lo que en este caso no repercute en el Botánic. No obstante, a esa cesión suma la de otro parlamentario en la circunscripción provincial de Valencia, donde estaría la clave del vuelco electoral. Ese diputado iría a engrosar la delegación del PP, que ganaría en esta demarcación con 12 escaños frente a los 11 del PSPV-PSOE y los 8 de Compromís, que empieza a debilitarse en su bastión fundamental: Valencia, donde ya no llega al 20% de apoyo. La coalición compromisaria, en definitiva, pierde un escaño por provincia.
Retomando el análisis general, tres partidos suben en sufragios (PP, PSOE y Vox) y otros tantos bajan (Compromís, Ciudadanos y Unides Podem) respecto a las elecciones de abril de 2019. De hecho, Ciudadanos desaparece. Si paupérrimo resultaba el porcentaje de voto en primavera, con un 3,4% respecto al 17,8% que cosechó en abril de 2019, un trimestre después su situación todavía empeora y llega a un 3,0% pelado.
Esto significa que deja de tener representación y pierde sus 18 escaños. No obstante, ahora su desaparición ya no sería un problema para PP-Vox, que, conjuntamente, suben 21 parlamentarios: los 18 de Ciudadanos y, dentro de estas cábalas, los tres de Compromís. Por su parte, el PSPV-PSOE suma el trío de representantes que pierde Unides Podem, que pasa de 8 a 5. La coalición de Lima desciende dos décimas respecto a primavera, ya que cae de 6,1 a 5,9, aunque mantiene su quinteto de diputados.
Resumiendo, si las elecciones se celebran esta semana el PP las ganaría con el 27,8 por ciento de sufragios (más de ocho puntos por encima de 2019) y 31 escaños. Segundo quedaría el PSPV-PSOE de Puig, con casi dos puntos y medio más que el porcentaje obtenido en los pasados comicios autonómicos (de 24,4 a 26,7) y 30 escaños, tres más de los logrados hace algo más de dos años.
Vox sigue con su constante ascenso y casi duplica sus resultados de 2019 tanto en porcentaje de votos como en escaños. Se convierte en la tercera fuerza del hemiciclo con 19 parlamentarios, los decisivos para otorgar la presidencia al PP si se trasladan a la Comunidad Valenciana los pactos de Madrid o Andalucía.
Compromís quedaría cuarto y baja de sus 17 parlamentarios actuales a 14 y un punto en intención de voto. Unides Podem pasa de 8 a 5 diputados, el quinteto que ya le daba el barómetro de primavera de 2021 aunque sigue descendiendo en apoyo electoral. Y Ciudadanos no solo no se acercaría al 5% para lograr representación, sino que decae cuatro décimas más en el último trimestre y queda finiquitada su existencia.
Con ese panorama, si se produjera un adelanto electoral firmado por el president Puig, la contienda estaría muy igualada y, al contrario que cuando avanzó los comicios en 2019, nada le garantizaría mantener la Generalitat. Es más, a fecha de esta semana la perdería.