Valencia, 7 de febrero de 2022
Los puentes históricos del viejo cauce del Turia se degradan a marchas forzadas ante la mirada impasible del Gobierno municipal. Así lo ha denunciado la concejala del Grupo Municipal Popular Julia Climent tras una reciente visita a la zona, en la que pudo comprobar sobre el terreno el deplorable estado en el que se encuentran los citados Bienes de Relevancia Local (BRL). “En la actualidad, nuestros puentes históricos no tienen quien los cuide, al no estar adscritos a ninguna concejalía y, sobre todo, al carecer de aplicación presupuestaria y de crédito suficiente para el mantenimiento periódico de los mismos”, ha declarado Julia Climent, quien ha instado al equipo de gobierno a acelerar los trámites para sacar cuanto antes a licitación la nueva contrata municipal, dando así cumplimiento al acuerdo alcanzado en la Comisión informativa de Cultura del pasado mes de marzo.
“Ocho años después de recibir la primera recomendación del Síndic de Greuges (y ya van cinco), el Ayuntamiento de Valencia sigue sin habilitar una partida económica para mejorar su protección y conservación”, ha señalado Julia Climent. A este respecto, desde el Servicio de Patrimonio Histórico se estima necesario un crédito mínimo de 150.000 euros (IVA incluido) para la tramitación de un contrato plurianual para la conservación de los pretiles y puentes históricos de la ciudad, solicitando tal cantidad en los Presupuestos Municipales de este año. En concreto, los trabajos a realizar por la nueva contrata municipal, con su correspondiente valoración económica, son los siguientes: la eliminación de pintadas y grafitis en pretiles, puentes y esculturas en la vía pública (30.000 euros); el mantenimiento periódico de la vegetación en puentes y pretiles (20.000 euros); el mantenimiento periódico de pretiles y puentes, consistente en rejuntados, saneados y pequeñas reparaciones (60.000 euros); así como lareparación de roturas por accidentes y por actos vandálicos (20.000 euros).
Como denuncia la concejala Julia Climent, “gran parte de los tajamares del Puente de San José se encuentran dañados en estos momentos, con el peligro que ello supone para los peatones y ciclistas que circulan a diario por debajo de sus trece arcos escarzanos. Asimismo, la vegetación ha colonizado los sillares del puente, como consecuencia de las humedades, dañando gravemente la piedra por efecto de la descomposición, la oxidación y por el crecimiento de las raíces. Una situación que se reproduce por desgracia en el resto de puentes históricos de la ciudad y de la que desde el Partido Popular venimos alertando desde hace mucho tiempo. Sin ir más lejos, hace justo dos años, en febrero de 2020, cuando presentamos una iniciativa a la Comisión de Cultura para reclamar la rehabilitación integral del Puente de San José”.
“En el caso del Puente del Mar, los daños se extienden igualmente al pavimento de rodeno, un material caracterizado por su rápida erosión. Muchas de las baldosas se encuentran en un deficiente estado de conservación, provocando numerosas caídas, por no hablar de las eflorescencias en forma de cristales de sal que se pueden observar en la parte inferior del puente, originadas por lasfiltraciones de agua”, ha explicado Julia Climent. Sobre este asunto, los populares presentaron en diciembrede 2020 una moción al Consejo de Distrito de Exposición instando al Gobierno municipal a reparar con carácter urgente el pavimento, así como a subsanar el resto de las deficiencias que presenta actualmente, consignando una partida presupuestaria para su restauración. “Un año más tarde, el equipo de gobierno continúa, al igual que con el Puente de San José, sin tomar cartas en el asunto”, ha lamentado la edil popular.
Los populares advierten, por último, de la existencia de restos de cableado eléctrico en el Puente del Real un año después de que la Comisión de Patrimonio ordenara su retirada, tras la denuncia del Círculo por la Defensa del Patrimonio. Como recuerda Julia Climent, “en su momento el Ayuntamientomandó instalar hasta diez focos de luz para mejorar la iluminación del entorno, atornillándolos sobre las juntas de los sillares de piedra, en un ejercicio de absoluto desprecio hacia este bien protegido”. Tras un primer dictamen favorable, la Comisión de Patrimonio resolvió finalmente en contra de esta actuación, exigiendo su reversión. Y es que, de acuerdo con la ficha pormenorizada del catálogo, “el Puente del Real no podrá ser soporte de instalaciones vistas ni se podrá fijar en él conducciones aéreas de ningún tipo”, sin hacerse distinciones entre la ampliación del puente y su parte original en punto a su protección.