22 de agosto de 2022
El verano es la estación del año en la que solemos tener más tiempo libre, ocio y contacto social. Por ello, es más habitual que descuidemos nuestra dieta diaria y abusemos de alimentos preparados. El problema, según explica Marina Escudero, nutricionista y enfermera del grupo sanitario Ribera en el Centro de Salud Integrado de Denia II, en el Departamento de Salud Denia, es que la mayoría de la comida rápida, precocinada, fiambres, embutidos, escabeche, encurtidos, preparados alimentarios como fideos instantáneos, pizzas, sándwiches o wraps, así como el pan seco, los snacks, la sopa en polvo o los quesos ultraprocesados tienen mucha más sal de la recomendada. “Todo alimento con más de 1.25 gramos de sal por cada 100 gramos o mililitros de producto es alto en sal y debemos evitarlo”, asegura.
Coincide plenamente con ella Carmen Navarro, responsable de la Unidad de Nutrición del Hospital Universitario del Vinalopó, centro sanitario que gestiona también el grupo sanitario Ribera en Elche. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para la población adulta en general con una vida sana y sin esfuerzos prolongados, el consumo medio de 5 g de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de sal llena (tamaño cucharita de café) o a 2 g de aodio al día”, explica.
De hecho, añade, en España la ingesta de sal y sodio supera con creces las recomendaciones saludables, tal y como muestra la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que asegura que se ingieren 9,7 g de sal al día. Aunque si bien Marina Escudero matiza que el sodio, “necesario para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, ya está presente de forma natural en los alimentos”. Por tanto, asegura, “toda la sal que añadimos, bien sea la de mesa o la que llevan los alimentos procesados, es innecesaria”.
De hecho, también la OMS recuerda que el alto consumo de sodio es la causa de más de tres millones de muertes al año en el mundo. Carmen Navarro recuerda, por ejemplo, que un consumo excesivo de sal afecta negativamente a la presión arterial, lo que provoca diferentes patologías cardiovasculares, y además, puede influir en un empeoramiento de otras enfermedades como la osteoporosis, provocando una mayor predisposición a fracturas óseas, por ejemplo, la litiasis renal o determinados tipos de cáncer.
Para evitar caer en la improvisación y las comidas rápidas y los ultraprocesados, los nutricionistas del grupo sanitario Ribera recomiendan comprar alimentos frescos y, sobre todo, planificar las comidas para aprovechar al máximo el tiempo de ocio y las vacaciones con la familia y los amigos. “Lo ideal es llevarnos platos saludables y preparar snacks sanos, para evitar el exceso de sal”, asegura Marina Escudero, y propone como aperitivos saludables, sabrosos y fáciles hummus con zanahoria o pepino, frutos secos naturales o tostados sin sal, altramuces, encurtidos bien enjuagados, ensaladas, verdura a la plancha o cruda en forma de sticks, el tzatziki (un plato turco a base de yogur, pepino, agua y ajo), queso fresco, fruta, batidos de fruta con leche, gazpachos y cremas frías de verduras.
Además, recuerda la importancia de una correcta hidratación, no solo a base de agua sino también de alimentos ricos en agua, pero no de sal. “Aunque en verano tengamos unas mayores pérdidas de agua y electrolitos, no se recomienda un aumento del aporte de sal en dicha estación, si no que se incremente el aporte de agua y alimentos ricos en ella”, asegura.