Valencia, 16 de julio de 2021.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) solicita a la conselleria de Agricultura que establezca una línea específica de subvenciones dirigida a los viticultores para el reparto de trampas de feromonas con las que combatir la polilla del racimo (Lobesia botrana) a través del método sostenible conocido como confusión sexual. Esta reivindicación persigue un doble objetivo: por un lado, facilitar el acceso al sector vitivinícola –que se encuentra descapitalizado a causa de la crisis derivada del Covid-19– de unos tratamientos costosos contra una plaga endémica que afecta a la calidad de la uva y, por otro lado, incentivar un método de lucha respetuoso con el medio ambiente.
Las abundantes precipitaciones acumuladas durante los meses de primavera y la incapacidad económica para acometer el elevado número de aplicaciones necesarias han favorecido la aparición de plagas y enfermedades en todas las zonas vitícolas de la Comunitat Valenciana. Actualmente los agricultores deben afrontar las aplicaciones contra la polilla del racimo. Sin embargo, durante las últimas semanas enfermedades como el mildiu y, en menor medida, el oídio ya han empezado a causar estragos en los viñedos.
Tanto es así que representantes y técnicos de AVA-ASAJA han mostrado hoy a una delegación de Agroseguro viñedos de Utiel-Requena que presentan daños por mildiu desde el 70% hasta el 100% de la cosecha, que se traducirán en unas pérdidas de hasta 2.000 euros por hectárea. Los virulentos ataques de mildiu son generalizados, si bien resultan especialmente intensos en aquellas partidas de Requena que han sufrido fuertes temporales de pedrisco que debilitaron las plantas. Precisamente muchos de los afectados por el granizo del año pasado no prevén recolectar apenas uva en dos campañas consecutivas, por lo que carecen de músculo financiero para afrontar la próxima vendimia.
Por ello, AVA-ASAJA solicita además a la conselleria de Agricultura, con carácter de urgencia y en líneas generales, la puesta en marcha de ayudas directas, créditos bonificados y medidas fiscales que garanticen la supervivencia de las explotaciones vitivinícolas. Estas demandas se suman a las trasladadas durante los últimos meses por AVA-ASAJA al Gobierno central y a la Unión Europea, entre las que destacan la vendimia en verde, la destilación de crisis, el retraso del pago de las cuotas de los créditos de 2017 avalados por SAECA debido a la sequía y campañas de promoción.