Valencia, 13 de mayo de 2021.- Raquel Barba
Esta mañana, el presentador de televisión Alonso Caparrós ha participado en A Buenas Horas, el programa que dirige y presenta Miguel Ángel Pastor. Ha presentado su libro Un trozo de cielo azul, “un libro de testimonios”, según recalca, sobre su experiencia con la adicción.
“El libro es una historia de la adicción, pero también es una historia de cómo ve la sociedad las enfermedades mentales desde la cercanía”, explica. Pero no es ni mucho menos una guía para salir de la dependencia. “Lo que intento explicar es cómo la drogodependencia invade nuestra vida hasta el punto en que repercute en lo más importante, que no es lo material, sino los vínculos afectivos, los familiares”, matiza.
El principio arranca en el inicio de la recuperación del propio autor, “y a través de flashbacks cuento cuándo empecé, cómo se agravó todo, situaciones familiares…” pero, sobre todo, es un libro que habla de esperanza. “Es un camino complicado, en el que el primer paso es ponerse en manos de un especialista, eso hay que tenerlo muy claro. Pero también es un camino muy grato, porque a medida que va ocurriendo vas encontrando satisfacciones, pero la mayor de todas es recuperarte, ver que la vida y las ganas de vivir vuelven a brotar”. Es exactamente lo que ha sentido durante este largo proceso, que llegó a durar veintisiete años, y que ahora sigue sintiendo: “A día de hoy estoy muy feliz porque sentir que renaces es maravilloso. Ahora mismo tengo mi libro bajo el brazo como un hijo. Es la historia de muchos años y ahora tengo un presente maravilloso que quiero saborear minuto a minuto”, cuenta agradecido. “Esto es un cierre, es poder contar a la gente que lo he superado y que ahora mi vida es un libro en blanco en el que puedo imaginar lo que quiera”.
Uno de los aspectos que ha querido reflejar en el relato ha sido “desmanejar algo que se enreda mucho siempre: Cuando una adicción es tan prolongada, se tiende a pensar que todo lo que ocurre, sobre todo lo malo, tiene que ver con eso. Necesitaba deshacer ese enredo para poder iniciar mi camino de recuperación. Eso es algo muy importante porque es un error en el que se suele caer y que no ayuda en nada porque genera un sentimiento de culpabilidad difícil de superar”, asegura.
El libro también ha sido de utilidad al autor. Le ha servido para cerrar ese capítulo de su vida, una puerta que le ha servido para dar paso a su nueva vida. “Hay episodios en los que narro mis estancias en el hospital y cómo empecé a observar la muerte de una manera inteligente. Eso me ha ayudado mucho porque me ha hecho ver lo valiosa que es la vida y lo frágil que es”. Uno de los deseos de Alonso Caparrós sería que el libro sirviese de inspiración para otras personas en situaciones similares a la suya, para que “ninguna familia pase por lo que nosotros hemos pasado y por lo que pasan por desgracia muchas familias. Si este libro resulta útil, me sentiré muy satisfecho”.
Una de sus grandes preocupaciones es esa: que nadie pase por esa experiencia. “Lo triste es que conozco a mucha gente, a muchas madres, que tienen ese problema con sus hijos, y después de veintisiete años, la situación no es que no haya mejorado, sino que ha empeorado. Los chavales están ahora más desprotegidos que antes y es algo en lo que tenemos que reparar”, concluye.