Valencia, martes 15 de abril de 2021.- Raquel Barba
La Conselleria ha publicado una resolución por la que se autoriza la creación de una Empresa Pública de la Comunidad Valenciana, que afecta a hospitales y otros servicios ahora en manos de empresas privadas como Ribera Salud, y, por supuesto, a sus trabajadores.
Alberto de Rosa, director general de Centene Corporación, ha pasado esta mañana por los micrófonos de El Intercafé, el programa de José Luis Pichardo, para dar algunas declaraciones sobre el tema.
“Lo que está claro es el fracaso de lo que ocurrió en Alzira, y cuyas consecuencias están pagando todavía los trabajadores. Algunas mentes pensantes habrán dicho que hay que buscar una fórmula, pero la empresa pública es algo que la Unión Europea desaconseja, porque hay menos control; y la Generalitat ha decidido impulsarlo”, ha explicado Alberto de Rosa.
Uno de los grandes problemas de este modelo de gestión va dirigido hacia los profesionales: “la empresa pública no va a permitir que la gente puede tener movilidad desde la empresa pública a distintos departamentos. Me consta que los sindicatos se sienten engañados”, asegura. Los sindicatos de Torrevieja, una de las localidades afectadas, se reunieron con la responsable de Sanidad del Partido Socialista, pero “quince días después de firmarse la resolución, todavía no han tomado ninguna decisión. Todo parece muy raro, todo es confuso, y no augura nada bueno más que conflictos”. Incluso, “tampoco lo saben otros partidos en el Gobierno. Es todo muy ocultista, y en mitad de una pandemia es aún más sorprendente hacer este tipo de experimentos. Me sabe mal decirlo, pero estas cosas solo pasan aquí”.
En el caso de Alzira, cuenta, “se incumplió la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria de 2012, y habrá que estudiar si en esta ocasión se incumple y si se da soporte a los profesionales y trabajadores”. Ribera Salud irá a los tribunales por la creación de esta empresa pública, que pretende englobar a los sanitarios afectados de las reversiones anteriores, y por ello Alberto de Rosa tiene claro que la Generalitat “va Generalitat va a tener algunos disgustos jurídicos con este tipo de experimentos”, concluye.