Valencia, 6 de abril de 2022-Diego Varea
El transporte por carretera parece que vuelve a la normalidad tras más de 15 días de paros en toda España. Las distintas administraciones han aprobado planes para paliar los efectos de la subida del combustible, detonante de las protestas, pero no solucionan los grandes problemas que atraviesa el sector durante décadas. El vicepresidente de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte (FVET), Juan Francisco Ortega ha repasado los grandes asuntos que envuelven a una actividad económica tan importante.
– ¿Cómo se han vivido las semanas de huelga?
Han sido unas semanas muy complicadas que han arrastrado al sector. Un paro de 15 días aboca a la ruina a muchos. En los piquetes hemos tenido poca colaboración de las fuerzas armadas y la bola se fue haciendo muy grande. La huelga en sí misma se ha cerrado en vacío, motivada porque el gasoil es el coste más alto de una empresa de transportes junto a los trabajadores y la subida tan enorme del combustible, prácticamente de un día para otro, no se podía asumir.
– ¿Qué supone una subida tan alta del combustible en una empresa de transportes?
De principio de año a marzo nos han subido el combustible un 50%. Con esta subida de costes hay dos opciones, o no salir a trabajar o renegociar las condiciones y precios con el cliente. Las empresas grandes que tenemos capacidad y acceso a los clientes hemos tenido que subir cerca de un 20% los precios, pero los pequeños autónomos tienen más dificultad para repercutirlo y pararon.
– ¿Cuáles son los principales problemas en el sector?
Somos muchos en este sector y la tarta a repartir es la misma. Hoy en día cualquier persona se puede comprar un camión y entrar en un sector donde mucha gente lo busca como salida laboral, pero así no se puede funcionar. Por otra parte, los grandes cargadores aprietan mucho y no transmiten el verdadero valor del transporte a las empresas ni a los autónomos. Y por todo ello, somos un sector que trabajamos sin ganar el dinero que deberíamos de ganar, por lo que el problema es estructural.
– ¿Qué reivindica como empresario y vicesecretario general de FVET?
-El transporte vale dinero y debemos cobrar lo que vale nuestro trabajo. Cuando se mueve una mercancía hay muchas personas detrás y se activan muchos sectores. A los distintos gobiernos les interesa que nosotros seamos baratos para que el IPC no suba, y que la competencia sea muy alta. Además, la forma de trabajar que tenemos en muchos casos los propios transportistas no ayuda a avanzar en temas clave como la digitalización, la subcontratación, el pago de las facturas, etc. Esto, es algo que no permite al sector funcionar como debe. Este es un aspecto clave donde los distintos gobiernos deben incidir para que todo el sector vaya en la dirección de modernizarse.
-¿Hacia donde avanza la modernización del sector y la renovación de la flota?
Las propias empresas vamos a buscar vehículos más eficientes y que consuman menos por lo tanto siempre vamos en esta dirección. Desgraciadamente, por mucho que la administración se empeñe, alternativas a los vehículos que tenemos, hoy por hoy, no son viables. Y, las ayudas, sobre todo, deben ir enfocadas a que las empresas puedan deshacerse de los vehículos más antiguos.
– ¿Existe un relevo generacional en el sector?
Lamentablemente este es uno de los problemas más gordos que nos vamos a enfrentar a corto plazo porque nadie quiere trabajar en el sector. Es un trabajo muy duro, con un estrés tremendo, ocasionado, por las carreteras, el tráfico, las sanciones, los horarios etc, y no todo el mundo lo aguanta. La media de gente que viene a cursos de conducción está en 50 años, y la vía para mantener el sector, entre otras más tecnológicas, pasara por soluciones como traer a gente de otros países.
– ¿Qué postura tiene la Federación acerca de la ampliación del puerto de Valencia?
La realidad es que Valencia se está haciendo una gran ciudad, que necesita un gran puerto y esta es la tendencia a la que aspira. El puerto es un motor de generación económica muy importante, y su crecimiento debe ir de la mano de la ciudad, por supuesto, respetando el medioambiente, pero no se puede decir que no a una infraestructura tan necesaria, y con tanto futuro.