David Jiménez en A buenas horas: “Ahora ser reportero de guerra es un sueño prácticamente imposible”

Valencia, 9 de febrero de 2022 – Marta Pérez Goñi

El ex director de El Mundo, David Jiménez, ha hablado con Miguel Ángel Pastor en Intereconomía Valencia sobre su segundo libro “El corresponsal”, inspirado en su propia experiencia ejerciendo la profesión.

“El corresponsal intenta ir un poco a los confines de la condición humana llevándola a través de estos personajes y también de ese país lejano y misterioso como es Birmania” ha afirmado Jiménez.

Por otra parte, ha añadido: “El corresponsal es una novela al final de aventuras también, porque es lo que vive un reportero, una gran aventura. Pero es verdad que los personajes dan mucho juego, porque son gente inadaptada para el mundo. Fuera de la guerra les cuesta mucho”.

En temática de la corresponsalía, el escritor ha declarado lo siguiente: “Creo que hay que tener una personalidad particular para irte a un lugar lejano a cubrir una guerra que probablemente no le importe a nadie muchas veces”. Así mismo, ha afirmado: “Lugares donde has vivido experiencias como las que yo tuve en Birmania te marcan mucho. Una parte de ti suele quedarse allí”.

A mí me encantaría que los estudiantes de periodismo pudieran vivir las experiencias que yo viví y que han inspirado el corresponsal, pero me temo que eso no va a ser posible”, ha confesado Jiménez. Sin embargo, ha aclarado: “Ahora ser reportero de guerra es un sueño prácticamente imposible. Porque ya se va muy poco a los sitios, la profesión de reportero es muy precaria”.

Por ello, el ex corresponsal atribuye a su nueva novela el adjetivo de “nostálgica”, ya que, afirma: “es un poco contar un mundo que ha desaparecido, incluidos esos míticos bares de corresponsales”.

Sobre el espionaje en las zonas de conflicto, el escritor confesó: “Yo estuve dos veces en corea del norte, donde dos espías del gobierno no solo me seguían a todos lados, sino que dormían en habitaciones contiguas en el hotel”.

Jiménez ha concluido declarando que sigue llamando Birmania a lo que actualmente se conoce como Myanmar porque “El cambio de nombre lo hizo un gobierno dictatorial, totalitario, y a mí me gustaría que los birmanos fueran los que pusieran el nombre que quieran a su país, y no que fuera la decisión de un general en un bunker en mitad de la jungla”.