· De cara a las celebraciones de Fin de Año, recuerdan que el alcohol es “un tóxico para el sistema nervioso central” que puede tener “efectos irreversibles en la adolescencia”
· Según el consumo puede provocar desde somnolencia, euforia y caídas hasta coma profundo con pérdida de respuesta a estímulos, parada respiratoria y muerte.
Valencia, 29 de diciembre de 2021 –
El alcohol es la droga más consumida entre los adolescentes y la intoxicación etílica “es la complicación por consumo de drogas más frecuente entre los más jóvenes”. Así lo asegura el doctor Julio Armas, médico adjunto del grupo sanitario Ribera en el Hospital Universitario de Vinalopó y especialista en Urgencias y Emergencias Médicas. “Los jóvenes son más susceptibles a los efectos adversos del consumo de alcohol. En concreto, en el grupo de los menores de 15 años es más frecuente la aparición de las intoxicaciones etílicas, y sus complicaciones son más graves”, explica el doctor Armas de cara a las celebraciones de Fin de Año.
El especialista del Hospital de Vinalopó define la intoxicación etílica como “el aumento del contenido de etanol en sangre por encima de los niveles tolerados por cada persona, de forma brusca y que incluye desde la leve desinhibición hasta la depresión, el coma y la muerte”. Por otra parte, añade, el coma etílico, “término con el que popularmente se identifica el consumo excesivo de alcohol, se refiere a las fases más avanzadas, donde aparece la pérdida de conciencia, la falta de respuesta a estímulos y la depresión respiratoria”.
El director de Atención Primaria del Hospital de Denia, el doctor Antonio Barceló, explica por su parte que la tendencia en los últimos 10 años apunta al consumo en perfiles “cada vez más jóvenes, aumentando la incidencia en mujeres”. “La aparición del consumo abusivo en edades cada vez más tempranas está asociado con el falso mito de la normalización de los efectos adversos, por ser la mayoría de las veces leves y pasajeros”, insiste el doctor Armas. “La media europea está en 15.9 años”, añade. Para el director médico de Ribera Hospital de Molina, el doctor Eduardo Rodríguez de la Vega, el alcohol es “un tóxico para el sistema nervioso central”. Por eso, añade, “su consumo en unas cantidades moderadas produce desinhibición y esto se asocia a euforia de inicio, pero cuando su acumulación en sangre supera la capacidad de metabolizar esta sustancia, comienza la pérdida de facultades cognitivas que pueden llegar al coma”.
El jefe de Urgencias del hospital Ribera Povisa, el doctor Ángel Martín Joven, asegura que la intoxicación por alcohol guarda un efecto directamente proporcional a la concentración sérica del mismo que, a su vez, depende de factores como la velocidad de la ingesta y unidades ingeridas, si el estómago tiene alimentos, la masa corporal y la proporción de agua del organismo o incluso, factores genéticos que influyen en la metabolización más o menos lenta del alcohol”. “Dependiendo de la cantidad de alcohol ingerido y, por lo tanto, de los niveles en sangre del mismo, inicialmente se produce una sensación euforizante, que da paso a una alteración en la capacidad motora, falta de coordinación, pérdida de capacidad de juicio y por último, pérdida de conciencia o coma por alcohol en el sistema nervioso central”, explica el doctor Martín Joven, quien señala otras alteraciones graves como descenso severo de los niveles de glucemia, hipotermia, arritmias cardiacas, convulsiones o fracaso renal.
El doctor Rodríguez de la Vega insiste en que el coma etílico que se produce por una intoxicación por alcohol grave “puede llegar a producir la muerte”. “Su acción depresora sobre el sistema nervioso central puede comprometer centros vitales, como el respiratorio, y hacer caer al paciente en parada cardiorrespiratoria”. Lo principal, en el ámbito doméstico, explica, es “no infravalorar las posibles complicaciones de un coma etílico al pensar erróneamente que un individuo que ha ingerido bebidas alcohólicas y no está consciente, se recuperará”. “Esta persona puede estar en coma etílico y que por desconocimiento de quienes le rodean, se pasen por alto complicaciones que pueden resultar letales”, añade.
En esta misma línea se pronuncia el doctor Julio Armas: “No se deben subestimar los síntomas asociados al consumo, con la falsa etiqueta del borracho, porque la aparición de cuadros clínicos graves puede ser rápida y potencialmente letal”. Y va más allá. “Lo más importante es establecer un límite al inicio del consumo o con la aparición de los primeros síntomas, lo cual servirá para evitar las futuras complicaciones”, explica, y acudir a un centro sanitario “si la persona se encuentra confundida, aturdida, con dificultad respiratoria o relajación de esfínteres, con vómitos persistentes, ha sufrido una caída o tiene alteraciones del lenguaje”. Por supuesto, también, con depresión respiratoria o señales de coma etílico.
En los casos graves de intoxicación por alcohol, los especialistas del grupo sanitario Ribera recomiendan acudir a un centro sanitario o solicitar atención médica urgente, pero mientras colocar al paciente en posición lateral de seguridad (decúbito lateral izquierdo) evitando el cierre de la vía aérea si se producen vómitos, así como las posibles contusiones por movimientos involuntarios y las caídas. Además, insisten en la importancia de mantener una buena temperatura corporal de la persona afectada, cubrir con una manta seca para prevenir la hipotermia y mantener vigilado al paciente hasta la llegada de la asistencia médica.