El Comité Ejecutivo de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), reunido hoy en Castellón, ha advertido que son los estímulos al crecimiento, y no un mayor aumento de la presión fiscal, los que afianzarán las bases hacia una economía competitiva, sostenible y atractiva para inversiones autóctonas y extranjeras.
La política fiscal debe diseñarse de modo que favorezca el crecimiento y, tal y como han puesto de manifiesto durante la reunión los representantes de los distintos sectores empresariales, un incremento de la carga impositiva tendrá justo el efecto contrario sobre la actividad y el empleo.
Una política fiscal ajustada a las circunstancias y previsiones reales de la economía — con una previsión de crecimiento corregida a la baja y con un elevado coste de la energía, las materias primas y los fletes —contribuiría a la mejora no sólo de los ingresos, sino que principalmente se podría convertir en un elemento motivador para la inversión.
Para la CEV un sistema fiscal verdaderamente competitivo es capaz de compensar reducciones en la presión fiscal con el efecto multiplicador que supone para la recaudación el incremento de la renta disponible de más agentes económicos con más capacidad de inversión y consumo.
El Comité Ejecutivo ha mostrado también su preocupación por la pérdida de competitividad de las empresas de la Comunitat Valenciana a consecuencia del auge de los costes energéticos, otro de los motivos por los que las empresas necesitan una rebaja de la presión fiscal, y cuyas consecuencias no sólo afectan al sector industrial sino al resto de sectores. En ese sentido el Comité insiste en que las pérdidas en las cuentas de resultados de las empresas son ya una realidad, y ha pedido que no se potencie la posición de un sector en detrimento de otros, porque de ese modo se perjudica tanto a empresas como a consumidores.
Por último, la CEV ha reclamado mayor previsión para que, ni a corto ni a largo plazo, las subidas de impuestos, la falta de políticas estratégicas en materia de energía, la inflación de costes, o los vaivenes en materia laboral alejen la recuperación. Para las empresas no sirven sólo las soluciones a corto plazo, se necesita una planificación de futuro si se quiere evitar que las empresas dejen de invertir en este país. Esto tiene un coste en términos de riqueza, de puestos de trabajo y, por tanto, de bienestar social, algo que preocupa a todos los sectores empresariales.