El Informe de Coyuntura y Perspectivas Económicas de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) del segundo trimestre de 2021 constata el crecimiento de la economía valenciana, incluso por encima de la media nacional, al tiempo que alerta de que el incremento de los costes variables y los problemas de abastecimiento pueden suponer un lastre a la recuperación.
El documento, que fue elevado a la reunión del Comité Ejecutivo y la Junta Directiva de la CEV celebrada ayer en Alicante, señala ambas circunstancias como principales dificultades para la recuperación financiera y patrimonial del tejido productivo de la Comunitat Valenciana, compuesto mayoritariamente por pymes, microempresas y autónomos.
Sin embargo, las previsiones iniciales son positivas y según señala el mismo informe: “La senda positiva con altas tasas de crecimiento se mantendrá en los próximos trimestres y la recuperación general de la economía se podría producir en algún momento del primer semestre de 2022”.
En este sentido, el mayor impulso del crecimiento en el segundo trimestre de 2021 se dio en las actividades de “comercio, transporte y turismo” y, a más distancia, las de la “industria manufacturera”. Un avance que, del mismo modo, se sustenta principalmente en el importante tirón del consumo de los hogares, así como por el comportamiento favorable de la demanda externa.
A pesar de los visos de recuperación, desde la CEV matizan que gran parte de los avances trimestrales del PIB obedecen a efectos estadísticos de rebote y advierten que las estructuras productivas y los balances empresariales todavía no se han recuperado, por lo que reitera una serie de medidas para consolidar las mejores previsiones:
1. La necesidad de que las distintas instancias de la Administración agilicen, faciliten los trámites y hagan efectivas las ayudas a empresas y autónomos, en especial, relacionadas con el Plan Resistir Plus.
2. La oportunidad única que para la economía y sus empresas puede y debe suponer el Plan Next Generation EU.
3. La política fiscal debe acompañar la recuperación del tejido productivo e incentivar su competitividad. No es momento de subir la presión fiscal.