AVA-ASAJA y LA UNIÓ piden a la Generalitat la vacunación de una dosis para los temporeros como ocurre en otras comunidades autónomas

Valencia, 2 de julio de 2021

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA ASAJA) y LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders piden a la Generalitat Valenciana que  ponga en marcha de manera inminente un programa especial de vacunación, con el  suministro de vacunas de una única dosis (Janssen), destinada a los temporeros  locales y procedentes de otras regiones españolas y otros países que van a trabajar  en las próximas campañas agrícolas, como la recolección de uva, frutos secos,  caquis o cítricos.  

Ambas organizaciones agrarias han consensuado esta reivindicación tras  constatar que el gobierno valenciano no tiene previsto adoptar ninguna medida de  vacunación específica hacia el sector agrario mientras que, al contrario, otras  comunidades autónomas como Aragón, Cataluña o Andalucía sí acometen planes  en este sentido para garantizar las máximas condiciones preventivas frente al Covid –19 en aquellas labores que requieren una mayor necesidad de mano de obra. 

El recientemente reelegido presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, y el  secretario general de LA UNIÓ, Carles Peris, solicitan que “el Consell esté a la altura  de las circunstancias y, del mismo modo que hacen otras comunidades, haga lo que  tenga que hacer en materia de vacunación para prevenir contagios en la próxima  vendimia y el resto de principales campañas agrícolas valencianas”. 

Ambos dirigentes agrarios señalan que “las administraciones no pueden  seguir mostrando la misma pasividad e insensibilidad con un sector que durante la  pandemia ha demostrado su papel esencial para suministrar alimentos a la  sociedad. Esta falta de vacunación viene a sumarse a las normativas establecidas el  año pasado tanto por la Generalitat como por el Gobierno central con las que eluden  sus responsabilidades en las campañas agrícolas y cargan con sobrecostes y más  burocracia a los agricultores.

Instrucciones en materia de seguridad contra la  pandemia, información, registro de datos personales o prevención de riesgos  laborales, entre otras exigencias, acarrean duras sanciones en caso de  incumplimiento y suponen un encarecimiento de los costes de producción que el  sector no puede trasladar a los precios en origen”.