El sector agroalimentario y la automoción tiran con fuerza en la recuperación de la Comunitat Valenciana para 2021

La autonomía roza el 6% del PIB en las previsiones del centro de investigaciones del BBVA, aunque lidera el desempleo femenino con el 18,2% y el juvenil con el 37,8%, a la espera de la recuperación de otros sectores vitales como el turismo. 

Valencia, 30 de marzo de 2021- Belén Hernández Forcadell

La Directora General de Internacionalización, María Dolores Parra,  ha defendido que “debemos mantener el optimismo dado la Comunitat Valenciana es la segunda comunidad autónoma más exportadora y la única comunidad después de las Islas Baleares con crecimiento positivo en exportaciones”. En este plano, la región ha comenzado el año de 2021 con un incremento de las exportaciones en un 2,8% alcanzado un valor de  2.497,4 millones de euros mientras que a nivel estatal estas han bajado en un 11,4%, según datos hechos públicos por la Dirección Territorial de Comercio de la Comunidad Valenciana dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio.

El sector agroalimentario lidera las exportaciones, con un valor de 689,9 millones de euros y un ascenso del 7,9% seguido de la automoción con 405,5 millones de euros y un ascenso del 24,5%. En tercer lugar se sitúan las semimanufacturas no químicas, con un valor de 368’6 millones de euros y ascenso del 5’9% mientras que los bienes de equipo experimentan un incremento del 15,4% y valor de 315,1 millones de euros. 

En lo que respecta a los destinos, las exportaciones de la Comunitat Valenciana se han dirigido principalmente a los países comunitarios que constituyen el 61% del total, porcentaje mayor respecto a enero de 2020 que registró un 58,1%.  Por lo tanto, en el sector exterior la contribución del comercio de bienes al PIB sigue siendo positiva en el primer semestre del año 2020, con un saldo comercial acumulado de 1.727 millones de euros, 7,6% más que el acumulado en el mismo periodo del año anterior. Este fenómeno es consecuencia de una mayor caída de las importaciones, que en el acumulado del primer semestre habían retrocedido un 16,4%, 2,3% puntos por encima de la caída de las exportaciones que se situó en un 14,15.  

Es evidente que la pandemia ha supuesto un duro golpe para la economía, dado que la desocupación aumentó en tasa interanual media en el conjunto de los seis primeros meses de 2020 en un 12,8%, lo que supone un incremento del 1,4% en el primer trimestre y del 24,6% en el segundo. De hecho, la Encuesta de Población Activa (EPA) refleja que la Comunitat cerró el año con 398.000 desempleados, un 14,79% más que en 2019, situando la tasa en el 16,5%. Unos datos que continúan ascendiendo dado que en febrero de 2021 el paro ha aumentado en 8.363 personas, lo que se traduce en un incremento del 1,9% respecto al mes anterior.

En los diferentes sectores, el número de personas paradas registradas ha aumentado en servicios en 7.844 personas, en el colectivo sin empleo anterior en 452, en agricultura en 429 y en industria en 127. Por el contrario, se ha reducido en construcción en 489 personas. Los grandes afectados han sido las mujeres, con una tasa de paro por encima de la media con el 18,2%, y los jóvenes, con una tasa de paro del 37,8%. 

El director de economía de la Confederación Empresarial Valenciana, Ricardo Miralles, atribuye el elevado desempleo juvenil a tres cuestiones: “La brecha entre la formación recibida por los jóvenes y las necesidades reales del tejido productivo que provoca un desajuste entre la oferta y demanda laboral, el excesivo uso de la contratación temporal y la escasa movilidad geográfica”. Por provincias, Castellón presenta los mejores datos con el 14,1%, seguida de Valencia con el 14,65% y con Alicante con el mayor número de parados con el 19,4%. 

Como consecuencia de la crisis derivada de la COVID-19, en el primer semestre de 2020 el crecimiento del PIB autonómico sufrió un marcado retroceso con un 5,7% en el primer trimestre y un 22,1% en el segundo, según Airef. Por su parte, en el 2021 el centro de investigaciones del BBVA ha estimado una previsión de crecimiento del 5,9% en la región y del 6,6% en 2022, recuperando los niveles pre-covid y siendo 0,8 puntos mayor que en 2019. En lo referente a la distribución sectorial del Valor Añadido Bruto (VAB), se encuentra principalmente acaparado por el sector de servicios, que representa el 72% de la participación, seguido del de la industria con el 19%, la construcción con el 7% y finalmente el sector primario con el 2%. En retrospectiva, entre los años 2000 y 2008, el Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunitat Valenciana creció en un 29%, un ritmo que se mostraba en sintonía con la media nacional; sin embargo, la fuerte crisis económica que se cebó con el sector de la construcción supuso una fuerte caída entre los años 2008 y 2013.

A raíz de este momento y hasta 2018, el PIB comenzó a crecer con un ritmo medio anual del 2,7%, suponiendo un ligero descenso respecto a la media española.  En 2019, el Producto Interior Bruto de la Comunitat fue de 115.456 millones de euros, según el Instituto Nacional de Estadística, representando un 9,3% del total estatal y con un crecimiento del 2,3% respecto al año anterior. No obstante, el PIB per cápita se situó ligeramente por debajo de la media española (23.206 euros frente a 26.426).

La pandemia de la covid-19 llevó al valor de la deuda pública sobre el PIB al mayor porcentaje desde que existe registro con un 46,7% en el tercer trimestre de 2020. Sin embargo, en 2007, la Comunitat ya partía de un mayor nivel de deuda sobre el PIB en comparación con el resto de regiones, una situación derivada de un déficit permanente que ha supuesto que el endeudamiento acumulado por la Generalitat se encuentre en un continuo crecimiento que casi se triplicó entre 2009 y 2017. La deuda pública representa, en este sentido, un 42% del PIB valenciano y se eleva a más del 300% del presupuesto de ingresos no financieros de la Generalitat.

Este hecho viene dado por dos condiciones: la primera responde a la insuficiencia de recursos que el conjunto de las comunidades de régimen común han padecido desde 2009 para financiar un nivel estable de servicios públicos fundamentales. La segunda es que más de un tercio del total se destina a la infrafinanciación padecida en contraposición al resto de comunidades autónomas, así como la carga de intereses asociada a la deuda contraída. A pesar de estas cuestiones, en 2020 la Comunitat cerró el ejercicio con un déficit muy cercano al del año anterior aunque mayor del 0,6% del PIB estimado para el conjunto de regiones. Aunque el déficit se ha ido reduciendo a lo largo de la última década, pasando en 2011 del 6,87% del PIB al 1,93% en 2019, no ha habido un solo año desde 2011 en el que los gastos del sector público hayan sido inferiores a los ingresos.

Es necesario recalcar que el déficit y la deuda pública no han dejado de aumentar a lo largo de los últimos 10 años, alcanzando en 2016 el 43,4% del PIB, punto a partir del cual comenzó a reducirse hasta representar el 42%. A causa de la infrafinanciación autonómica, que se mide como el dinero que la comunidad recibe del estado español una vez recaudados los impuestos y tiene como característica principal que la Comunitat recibe menos de lo que aporta, los valencianos reciben un 10% menos de financiación por cada habitante de media y hasta un 27% menos que las tres comunidades mejor financiadas como Cantabria o La Rioja.

La región se ha visto históricamente afectada por una dotación de capital inferior a la que le correspondería dado su peso demográfico y económico en España lo que se ha traducido en el resentimiento de las infraestructuras que padecen una elevada intensidad de uso en su gran mayoría. En carreteras, la Comunitat únicamente representa el 9,6% y el 14% del tráfico nacional de vehículos y mercancías, respectivamente, disponiendo tan solo del 7,7 % de ese tipo de infraestructura. Esta infradotación también se ve ejemplificada en el transporte aéreo, aunque en menor intensidad, con un peso que oscila entre el 8 y el 10% del tráfico nacional e internacional que es atendida con el 6,1% de las infraestructuras.

En los Presupuestos Generales del Estado de 2021 se contempla destinar  casi 2.000 millones de euros al Corredor Mediterráneo, especialmente al tramo Murcia-Almería, con casi 750 millones provenientes del Fondo Europeo de Recuperación y Resiliencia. La inversión en ferrocarril, carreteras y puertos de la Comunitat Valenciana en los PGE supera los 970 millones.